La historia de la música portuguesa

Los orígenes: del canto gregoriano al fado
La música en Portugal tiene raíces profundas que se remontan a la Edad Media, con influencias del canto gregoriano y las tradiciones árabes. En el siglo XII, los trovadores gallegoportugueses crearon cantigas de amor y amigo, poemas líricos que marcaron el inicio de una identidad musical única. Sin embargo, el género más icónico, el fado, surgió en los barrios humildes de Lisboa en el siglo XIX, asociado a la saudade (nostalgia profunda). Artistas como Amália Rodrigues lo popularizaron globalmente en el siglo XX.
El fado: voz de un país
Declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO en 2011, el fado se divide en dos estilos principales: el de Lisboa, más dramático y acompañado por guitarra portuguesa, y el de Coímbra, ligado a la tradición universitaria y cantado solo por hombres. Casas de fado como A Tasca do Chico o Clube de Fado ofrecen experiencias auténticas. Consejo: visite el Museu do Fado en Alfama para entender su evolución.

Música tradicional y regional
Fuera de las ciudades, la cultura musical portuguesa es diversa. En el norte, cerca de Oporto, el vira y el malhão son bailes tradicionales con ritmos vibrantes. Los grupos folclóricos usan instrumentos como la concertina (acordeón diatónico) o el cavaquinho (pequeña guitarra de cuatro cuerdas). En el Alentejo, el canto alentejano, también Patrimonio de la UNESCO, se interpreta a coro sin instrumentos, reflejando la vida rural.
El siglo XX: de la dictadura a la libertad
Durante el Estado Novo (1933-1974), la música fue censurada, pero géneros como el fado se usaron para expresar resistencia. Tras la Revolución de los Claveles (1974), surgieron artistas innovadores como José Mário Branco, que fusionaron música tradicional con letras políticas. En los 80, Portugal abrazó el pop y el rock, con bandas como Heróis do Mar o Rui Veloso, considerado el "padre del rock portugués".
Escena contemporánea y proyección global
Hoy, la música portuguesa mezcla tradición y modernidad. El fado sigue vivo con figuras como Mariza o Carlos do Carmo, mientras artistas como Salvador Sobral (ganador de Eurovisión 2017) reinventan la canción portuguesa. El hip hop tiene fuerza en los suburbios de Lisboa, con nombres como Sam the Kid. Consejo: no pierda festivales como NOS Alive o Super Bock Super Rock para descubrir nuevos talentos.

Música y turismo: una conexión esencial
La música es un imán para el turismo en Portugal. Además del fado, el festival Meo Sudoeste atrae a jóvenes de toda Europa, y el Boom Festival (arte y música psicodélica) es referencia mundial. En Oporto, la Casa da Música ofrece programación innovadora. Datos clave: el 30% de los turistas asiste a eventos musicales, según la Oficina de Turismo de Portugal.
Instrumentos únicos y sonidos distintivos
La guitarra portuguesa, con su caja en forma de pera y 12 cuerdas, es el alma del fado. Otros instrumentos emblemáticos incluyen:
- Adufe: pandero cuadrado del centro de Portugal.
- Gaita de foles: similar a la gallega, usada en Trás-os-Montes.
- Violão: guitarra clásica que acompaña el fado.
Talleres como Oficina da Guitarra Portuguesa en Lisboa permiten ver su fabricación artesanal.

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