El gobierno portugués optó por acabar con los dos días festivos de 5 de octubre y 1 de diciembre con el fin de asegurar la simetría numérica con el corte en las fiestas religiosas.
"Para la Iglesia era muy importante asegurar la simetría (...) y estuvimos de acuerdo con la propuesta", dijo Álvaro Santos Pereira, ministro de Economía, y agregó que las dos fiestas religiosas a cortar "serán definidas por la Iglesia". Comisión y luego esa decisión se transmitirá en el marco de la Concordato.”
Santos Pereira continuó explicando las fechas elegidas porque "no había muchas más alternativas", dada la falta de voluntad de apuntar a las fiestas asociadas con la revolución portuguesa el 25 de abril, el Día del Trabajo el 1 de mayo o el Día de Portugal el 10 de junio.
El ministro dijo que la intención del gobierno era en realidad impulsar la importancia del Día de Portugal para "fortalecer el orgullo de ser portugués" y la "unidad necesaria para superar la crisis actual".
Las propuestas se discutirán con los interlocutores sociales antes de que los cambios en el código laboral se sometan a votación parlamentaria.
Sin embargo, Raquel Henriques, presidenta de la Asociación de Profesores de Historia, fue la primera en salir del bloque expresando su desaprobación y afirmando que era una fiesta que "ni la dictadura se había atrevido a tocar", en un indicio de oposición generalizada.
Actualmente, el Código del Trabajo portugués prevé 13 nacionalidades vacaciones públicas y además de los mencionados anteriormente: Navidad, Año Nuevo/Día de Santa María, Viernes Santo y Domingo de Pascua, Día de la Asunción, 15 de agosto (Asunción de la Santísima Virgen María), 5 de octubre (Declaración de la República), Día de Todos los Santos , 1 de diciembre (Restauración de la Independencia) y 8 de diciembre (Inmaculada Concepción).
Fuente: LUSA
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