Cómo Marruecos venció a Portugal - The New York Times

Aún así, la carrera de cuentos de Marruecos tiene millones de árabes, musulmanes y norteafricanos unidos detrás de un solo equipo de una manera que este torneo no ha visto.
Una breve guía para la Copa del Mundo 2022
¿Qué es la Copa del Mundo? El evento cuatrienal enfrenta a los mejores equipos nacionales de fútbol entre sí por el título de campeón mundial. Aquí hay una introducción al torneo masculino de 2022:
Ese apoyo fanático estuvo en plena exhibición dentro del estadio Al Thumama, que durante 90 minutos (más ocho minutos de descuento de infarto) se asemejaba a una esquina de Casablanca, Rabat o Marrakech. Cada período de posesión portuguesa fue recibido con silbidos ensordecedores, y cada incursión marroquí en el otro sentido fue recibida con el tipo de vítores bulliciosos que amenazaban con llevar el balón a la portería portuguesa.
El próximo paso en el viaje mágico de Marruecos vendrá contra Francia en un partido de semifinales el miércoles, enfrentando a la ex colonia contra su ex colonizador. Pero mientras Marruecos celebraba la victoria del sábado, es casi seguro que el resultado significó el final de otra era.
Ronaldo llegó a Qatar como una de las personas más famosas del mundo, uno de los mejores jugadores para jugar al fútbol en cualquier época. Pero a los 37 años llegó casi como un turista torpe. Ya no jugaba en un club profesional, ya que el Manchester United lo dejó. Y su posición en la alineación titular de Portugal, que había dominado durante casi dos décadas, era tenue. Cuando Portugal llegó a los octavos de final, la había perdido.
Contra Suiza, Ronaldo vio cómo su joven reemplazo, Gonçalo Ramos, se anunciaba como heredero aparente, anotando tres goles impresionantes.
Pero contra la férrea defensa de Marruecos, Ramos y los portugueses se acobardaron cuando el muro de silbidos alcanzó un punto álgido y se quedó allí. Ronaldo subió al escenario con 40 minutos para el final, una plataforma para producir un acto heroico más, un momento cinematográfico final en una carrera llena de momentos cinematográficos.
En el punto de un ataque que contó con una línea de cuatro delanteros en intentos cada vez más desesperados de romper la resistencia marroquí, Ronaldo no pudo doblegar la Copa del Mundo a su voluntad. Corría, perseguía balones atrás, saltaba para meter los balones de cabeza, buscaba ángulos de tiro, todo y cualquier cosa para romper la barrera marroquí de camisa roja.
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