"Descontrol" de bares y alojamientos locales en Lisboa

“En las zonas indicadas desde el momento en que ya no se aceptan alojamientos locales, como hay demanda, aparecen alojamientos ilegales locales y estamos llenos de alojamientos ilegales locales por toda la ciudad”, ha declarado la concejala Joana Almeida.

Tras señalar que los alojamientos ilegales de locales son responsabilidad de la Autoridad de Seguridad Económica y Alimentaria (ASAE), el concejal ha señalado que Urbanismo está actuando en el ámbito de sus competencias, empezando por la realización de inspecciones, que "no se hacían en el pasado". , comprobando que existen obras ilegales en el local de alojamiento, así como situaciones de incumplimiento de los requisitos para su funcionamiento.

Joana Almeida dijo que hay "varios frentes posibles" para evitar los alojamientos locales ilegales, tanto a través de los datos de las plataformas de reservas, como Airbnb y Booking, como "a través de la tasa turística o del contador de agua".

Bares ilegales

En cuanto a la apertura de bares en áreas residenciales, el problema fue planteado por Angélique da Teresa (IL), quien dijo que había "casi una guerra entre los residentes y los intereses comerciales".

La presidenta del Consejo Parroquial de Misericórdia, Carla Madeira (PS), propuso regular los horarios de los establecimientos locales y advirtió que, a pesar del Plan de Urbanización del Centro Histórico de Bairro Alto e Bica que prohíbe la apertura de bares, ferreterías y estancos " convertidos en bares”, bajo la Licencia Cero, porque procedieron a cambiar las licencias, incluso para las casas de té, pero “no venden té, venden mucha cerveza, mucho alcohol”.

“Estos establecimientos están operando ilegalmente. Estos establecimientos deben ser cerrados inmediatamente”, apeló Carla Madeira.

En respuesta, el concejal de Urbanismo reconoció que los bares son "un problema transversal" en la ciudad de Lisboa, refiriéndose a que, "en este momento, hay un descontrol" a raíz de la Licencia Cero, en la que "una el dueño puede cambiar de restaurante a bar sin pasar por nuevas licencias urbanísticas”.

“Creo que ha llegado el momento de trabajar en una normativa que minimice este tipo de conflictos”, explicó Joana Almeida, señalando la necesidad de controlar los horarios de apertura de los establecimientos y limitar el ruido, lo que también debe pasar por reforzar la inspección, posiblemente con el apoyo de los consejos parroquiales.

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