La historia de la cerámica portuguesa

Black and white photo of historic stone sculptures showcasing intricate craftsmanship.

Orígenes y evolución de la cerámica portuguesa

La cerámica en Portugal tiene raíces que se remontan a la época romana, cuando se producían piezas utilitarias como ánforas y ladrillos. Sin embargo, fue durante la ocupación árabe (siglos VIII-XII) cuando se introdujeron técnicas avanzadas de esmalte y decoración geométrica, especialmente en el sur del país. Un ejemplo destacado son los azulejos, que más tarde se convertirían en un símbolo nacional.

El auge de los azulejos en el siglo XVI

En el siglo XVI, bajo el reinado de Manuel I, Lisboa se convirtió en un centro neurálgico de producción cerámica. Los azulejos, inicialmente importados de Sevilla, comenzaron a fabricarse localmente con motivos religiosos y patrones simétricos. La Iglesia de São Roque es un claro ejemplo de este periodo, con paneles que narran historias bíblicas. Durante el Barroco, los diseños se volvieron más elaborados, incorporando escenas mitológicas y paisajes urbanos.

A nostalgic collection of vintage black and white family photographs, showcasing historical memories.
Foto por Suzy Hazelwood

La cerámica de Oporto y el norte

Mientras Lisboa dominaba la producción de azulejos, Oporto y regiones como Viana do Castelo desarrollaron estilos distintivos. La cerámica de Barcelos, por ejemplo, es famosa por sus figuras populares, como el Gallo de Barcelos, un ícono del turismo portugués. En el norte, también destacan las piezas de barro negro de Bisalhães, reconocidas por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial.

Técnicas y materiales tradicionales

La cerámica portuguesa se caracteriza por el uso de arcilla local y esmaltes de colores vivos. Algunas técnicas clave incluyen:

  • Corda seca: Un método árabe para separar colores con líneas de óxido.
  • Cuenca: Tallado de áreas para contener esmaltes diferentes.
  • Estampado manual: Usado en fábricas como Vista Alegre, fundada en 1824.

Un dato curioso: los azulejos del Palacio Nacional de Sintra fueron pintados con óxidos metálicos que cambian de color según la luz del día.

Beautiful sunset view of Wat Mahathat temple in Sukhothai, Thailand, reflecting in the surrounding water.
Foto por Pixabay

La cerámica en el turismo y la cultura moderna

Hoy, la cerámica es un pilar del turismo portugués. En Lisboa, la Fábrica Sant'Anna ofrece talleres donde los visitantes pueden pintar sus propios azulejos. En Aveiro, los ovos moles (dulces típicos) se venden en cajas de cerámica decorada. Para los coleccionistas, se recomienda visitar el Museu Nacional do Azulejo, que alberga piezas desde el siglo XV hasta instalaciones contemporáneas.

Consejos para identificar cerámica auténtica

Al comprar cerámica portuguesa, considere:

  1. Marcas de taller: Las piezas antiguas suelen llevar sellos en la parte posterior.
  2. Colores: Los tonos tradicionales son azul cobalto, amarillo ocre y verde musgo.
  3. Textura: Las réplicas modernas suelen ser más lisas que las artesanales.

Un error común es confundir los azulejos portugueses con los españoles; los primeros tienden a tener bordes menos regulares y mayor variación en el espesor.

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