La historia de la prosa portuguesa

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Los orígenes medievales de la prosa portuguesa

La prosa en Portugal surgió en la Edad Media, vinculada a documentos jurídicos y crónicas históricas. Uno de los textos más antiguos es la Carta de Doação da Vila de Cardana (1192), un ejemplo temprano de prosa administrativa. Durante el siglo XIII, las órdenes religiosas, como los benedictinos, impulsaron la redacción de hagiografías y traducciones de textos latinos.

Un hito clave fue la Crónica Geral de Espanha de 1344, encargada por el rey Pedro I. Este texto, escrito en gallegoportugués, mezclaba narrativa histórica con elementos literarios, sentando las bases para la prosa cronística posterior.

El Renacimiento y la consolidación del portugués

Con el Renacimiento, la prosa portuguesa adoptó estructuras más complejas. Lisboa, como centro cultural, vio nacer obras como Leal Conselheiro (1438) de D. Duarte, un tratado moral que combinaba reflexiones personales con consejos prácticos. La imprenta, introducida en 1487, aceleró la difusión de textos.

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Foto por Yogendra Singh

El siglo XVI destacó por las crónicas de viajes, como las de Fernão Mendes Pinto, cuya Peregrinação describía Asia con un estilo vívido. Este período también consolidó el portugués como lengua literaria, alejándose del latín.

El Barroco y la influencia religiosa

Durante el Barroco, la prosa se enriqueció con sermones y textos devocionales. El padre António Vieira, con sus Sermões, ejemplificó el uso retórico del lenguaje para criticar la esclavitud y la corrupción colonial. Su obra História do Futuro (1718) fusionaba profecía y política.

En Oporto, autores como D. Francisco Manuel de Melo escribieron tratados satíricos, como Apólogos Dialogais, que reflejaban tensiones sociales bajo el dominio español (1580-1640).

El siglo XIX: Realismo y identidad nacional

El Realismo transformó la prosa portuguesa con enfoques críticos. Eça de Queirós, autor de Os Maias (1888), retrató la decadencia de la aristocracia lisboeta con ironía mordaz. Su contemporáneo, Camilo Castelo Branco, exploró el drama rural en Amor de Perdição (1862).

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Foto por Mike Bird

Este período también vio el auge del periodismo literario. Revistas como O Panorama (1837-1868) difundieron ensayos sobre cultura y ciencia, democratizando el acceso a la prosa de calidad.

Modernismo y vanguardias

En el siglo XX, Fernando Pessoa y sus heterónimos revolucionaron la prosa. Libro del Desasosiego, atribuido a Bernardo Soares, ofrecía fragmentos filosóficos con una voz única. Autores como José Saramago, más tarde Nobel de Literatura, iniciaron su carrera en este clima innovador.

El turismo literario en Lisboa hoy incluye rutas dedicadas a estos autores, como la Casa Fernando Pessoa, que atrae a miles de visitantes anuales.

Consejos para explorar la prosa portuguesa

  • Visita la Biblioteca Nacional de Portugal en Lisboa, con manuscritos originales desde el siglo XII.
  • Lee ediciones anotadas de clásicos para entender contextos históricos.
  • Asiste al Festival Literario de Oporto, que celebra autores contemporáneos.

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