La influencia de los bizantinos en la cultura portuguesa

Arquitectura y arte religioso
La huella bizantina en Portugal se aprecia especialmente en la arquitectura religiosa. Ejemplos destacados incluyen la Iglesia de São Frutuoso de Montélios, cerca de Braga, cuya planta de cruz griega y cúpula central reflejan claramente el estilo bizantino. Este diseño, poco común en la península ibérica, sugiere un contacto directo con artistas o modelos orientales durante los siglos VI-VII.
En Lisboa, los mosaicos de la Iglesia de São Vicente de Fora muestran influencias en el uso de teselas doradas y motivos geométricos, técnica heredada de Bizancio. Para los amantes del turismo cultural, visitar estos sitios ofrece una perspectiva única sobre cómo el arte bizantino trascendió fronteras.
Lengua y literatura
El griego bizantino dejó préstamos lingüísticos en el portugués antiguo, especialmente en términos religiosos y administrativos. Palabras como "basílica" o "icono" entraron al idioma a través de traducciones de textos litúrgicos. En Oporto, manuscritos medievales conservados en la Biblioteca Pública Municipal contienen glosas en griego, evidencia del intercambio cultural.
Un dato curioso: la crónica "De Expugnatione Lyxbonensi", que relata la conquista de Lisboa en 1147, menciona a mercenarios bizantinos entre las tropas cristianas, sugiriendo un contacto militar y cultural más profundo de lo que se creía.

Influencia en la música y tradiciones
El canto litúrgico portugués medieval adoptó escalas modales similares a las del rito bizantino. En regiones como el Alentejo, aún se conservan melodías con intervalos característicos de esta tradición. Consejo para viajeros: asistir a una misa en la Catedral de Évora permite escuchar ecos de esta fusión musical.
Las festividades de Braga también reflejan sincretismo: la Festa de São João incorpora elementos como procesiones con íconos, práctica heredada de la veneración bizantina a imágenes sagradas.
Legado en la artesanía
La cerámica portuguesa, especialmente los azulejos de Lisboa, debe parte de su técnica a innovaciones bizantinas en el vidriado. Talleres del siglo XV en Coimbra reprodujeron motivos florales y animales estilizados, típicos del arte oriental. Hoy, el Museu Nacional do Azulejo exhibe piezas que ilustran esta evolución.
En el turismo rural, regiones como Viana do Castelo mantienen talleres donde se fabrican joyas siguiendo métodos bizantinos, como el granulado en filigrana de oro. Un souvenir con historia.

Gastronomía: sabores que cruzaron imperios
Ingredientes como la canela y el azafrán llegaron a Portugal a través de rutas comerciales bizantinas. El postre "aletria" (fideos dulces con canela) tiene su origen en recetas traídas por monjes orientales. En Oporto, restaurantes como el Taberna Bizantina recrean platos históricos con estas influencias.
Dato práctico: la ruta vinícola del Dão incluye viñedos plantados con técnicas de irrigación bizantinas, aún visibles en terrazas escalonadas cerca de Lamego.
Conclusión práctica
Para explorar este legado, se recomienda:
- Ruta arquitectónica: Braga → Lisboa → Évora
- Talleres artesanales: Filigrana en Gondomar, azulejos en Aveiro
- Eventos: Semana Santa en Braga (con elementos rituales bizantinos)
Este patrimonio, menos visible que el romano o árabe, ofrece una mirada distinta a la riqueza cultural portuguesa.

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