Dos meses antes de los Juegos, el gobierno no tiene estructura ni séquito para Tokio.

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A poco más de dos meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio, el gobierno brasileño aún no se ha calentado para asistir a los Juegos como lo ha hecho en otras ediciones.

La Secretaría de Deportes del Ministerio de Ciudadanía no ha definido la delegación que representará al gobierno en Japón, ni si el presidente Jair Bolsonaro será o será ministro. Ni siquiera habrá una estructura para acomodar a las autoridades y socios en la capital japonesa.

El escenario contrasta con la relevancia del tema para otros países que siempre han visto los Juegos como un escaparate para mostrar la hegemonía en el deporte como un incentivo al patriotismo.

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